DOS O TRES HERIDAS ANTES DE TI
Dicen que cuando uno se quema,
le sopla hasta al jocoque. Luego, todo depende de la formación que se haya tenido, de qué tan alta se mantenga la moral, de
cuanta confianza y seguridad queden en uno, de qué tan fuerte se resintió el golpe.
Siempre duele
el primer rechazo, pero a la siguiente ocasión se llega con experiencia. Eso dicen. A mí de nada me ha servido la experiencia
y siempre me vuelve a doler con la misma fuerza, o peor que la primera vez. A cada nuevo intento dejo pasar más tiempo y actúo
con más precauciones, pues el dolor se acumula. Tal vez me falta experiencia para no sentir dolor. Tal vez.
Lo absurdo,
lo terrible es el miedo a actuar. Dos o tres heridas antes de ti y, ya ves, también tú me dueles.
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