DE MEMORIA Y OLVIDO
Creí que no podría vivir sin ti. Y ya ves: estaba equivocado. La vida, ahora lo comprendo,
no dependía de ti sino de mí. Al fin y al cabo es mi vida. ¿Qué le vamos a hacer? Yo te quería y a lo mejor tú sentías lo
mismo por mí. Pero aunque nos quisiéramos, el sentimiento no iba a ser igual siempre. Al final habían de surgir nuevos caminos.
Sufrí porque se me enseñó que es lo correcto ante decepciones del corazón. Hice el mejor esfuerzo y logré que mis padecimientos
fueran brutales, hasta convertirme en algo menos que una piltrafa. Pero, ¿qué quieres?, jamás he aprendido bien ninguna cosa.
Además, el presente hay que vivirlo y el pasado, con mi mala memoria, lo olvido pronto.
Vieras lo feliz que soy. Y, a propósito, ¿acaso nos conocemos de antes?